27/4/08

A LA HORA DE LA MUERTE, PIDA UN CURA.

BORJA MARÍA ZALLANA DE LOS ACEBOS
26/04/2008
Ponga un cura en su ...muerte
¿Puede haber algo más reconfortante para un moribundo que, justo cuando la muerte aprieta con más fuerza sus dientes sobre la carne que se ha de ir, encontrar la blanca y blanda mano de un sacerdote que aprieta la suya? ¿Acaso nosotros,
pecadores, merecemos una muerte mejor que la que tuvo Jesucristo nuestro Señor? ¿Puede una mujer decidir por sí sola si está o no preparada para tener un hijo? Evidentemente la respuesta a las tres preguntas es un rotundo y sonoro: No.
Y sin embargo, hasta ahora ,y aún hoy, en muchos lugares de España semejantes decisiones estaban en manos de gentes sin preparación, como médicos, psicólogos e, incluso, los propios pacientes. Afortunadamente, Esperanza, nueva luz del (y nunca mejor dicho) Partido Popular, se ha erigido en guía espiritual para conducir al descarriado rebaño por la única senda posible, la de la fe.
Se ha acabado en Madrid el mal entendido libre albedrío de los hospitales públicos, que se habían convertido en estos últimos treinta años de democracia , en poco menos que templos de culto al Maligno. Mientras en el resto de España los enfermos deberán hacer el más esencial de los tránsitos, el que nos lleva de la vida a la muerte, como vulgares drogadictos, los madrileños podremos vivirla de forma plena, con dolor, en algunos casos con mucho dolor, pero con la misma dignidad que demostró Jesucristo en la cruz.
Nunca se ha escrito la historia con renglones más rectos, que cuando la Iglesia ha abrazado a la ciencia. Desde Galileo a Darwin, pasando por Servet y por tantos otros científicos descarriados, cuando la Iglesia se ha metido a hacer ciencia es cuando la llama de la sabiduría ha ardido con más vigor. Cierto que en muchos casos con un cierto olor a carne quemada, pero siempre mirando por nuestro bien más preciado, el alma. Si Dios hubiera querido que la muerte fuera un paso indoloro, así lo habría hecho. Pero no, así como está escrito que la madre ha de sufrir en el parto, todos hemos de llorar con dolor nuestros pecados cuando nos encaminemos en pos del Creador.
Roguemos a Dios que siga iluminando a Esperanza por la senda del bien y, ya de paso, que le consiga la firma de seiscientos compromisarios antes del próximo Congreso del partido. Amén.

¿POR QUE MENTISTE BUSH?


¿ TERMINÓ LA GUERRA ?

Robert Fisk, periodista y corresponsal en la guerra de Irak

Conque es el fin de la guerra en Irak, ¿no? Si alguien cree que George Bush hijo logró que le creyeran lo dicho la noche del jueves pasado en el portaviones Abraham Lincoln -las "principales operaciones de combate han terminado", fue la expresión que empleó-, debería examinar con mayor atención el siniestro discursito íntimo que el secretario de Defensa Rumsfeld les endilgó un día antes a los soldados estadunidenses en Bagdad.

Fue un mensaje lleno de la acostumbrada creación de mitos: los "muchos" iraquíes que corrían en manada a dar la bienvenida a los estadunidenses durante la "liberación" de Bagdad, el "avance más rápido hacia la capital de un país en la historia militar moderna" (que los israelíes lograron en tres días en 1982). Pero la línea clave se deslizó al final. Los estadunidenses, dijo, aún tenían que "erradicar las redes terroristas que operan en el país".

¿Qué? ¿Cuáles redes terroristas? ¿Y quiénes, si se nos permite preguntar, están detrás de estas misteriosas redes terroristas que "operan" en Irak? Tengo una idea bastante aproximada: tal vez todavía no existan, pero Donald Rumsfeld sabe (y la inteligencia estadunidense se lo ha dicho) que se gesta y crece en Irak un movimiento de resistencia a la ocupación.

La comunidad musulmana chiíta, ahora apoyada por miles de iraquíes de la Brigada Bader, entrenados en Irán, cree que Estados Unidos está en el país por el petróleo. Está furiosa por el trato que los estadunidenses dan a los ciudadanos iraquíes: en tres días de la semana pasada al menos 17 manifestantes sunitas fueron asesinados, dos de ellos menores de 11 años. Y no se siente impresionada por los intentos de Washington de fraguar un gobierno "interino" pro estadunidense.

Incluso en plena guerra podían escucharse los mismos sentimientos. Sí, nos decían los chiítas, los estadunidenses pueden deshacerse de Saddam. Nadie duda de la crueldad del tirano. Pero siempre ese sentimiento venía seguido del deseo de ver la partida de los invasores. La mayoría de las víctimas civiles de las bombas estadunidenses y británicas eran chiítas, en especial en los alrededores de Nasiriya y Hillah. Esa es otra razón por la que los estadunidenses no fueron recibidos con flores y música en Bagdad, donde un vehículo blindado de su país derribó la famosa estatua de Saddam.

Cuando los civiles iraquíes miran a la cara a los soldados estadunidenses, dijo el presidente Bush al mundo en su famoso discurso del jueves, "ven fortaleza, amabilidad y buena voluntad". Falso, señor Bush: ven ocupación.

Ya es posible identificar ciertos signos conocidos en el avance de la ocupación: una serie de brutales incidentes por los cuales jamás de los jamases se culpará a los estadunidenses. Exactamente igual que en la ocupación israelí de Cisjordania y Gaza, la matanza de civiles nunca será culpa de los ocupantes. Jamás se recibió disculpa alguna de Estados Unidos por el conductor y el anciano que fueron asesinados a tiros por fuerzas estadunidenses cerca de un puesto de revisión en Bagdad, ni por la niñita y la joven gravemente heridas cuya tragedia fue atestiguada por el Canal 4 británico. Disparan a una familia que iba en automóvil en el sur de Irak; matan a camarógrafos en el hotel Palestina; 15 iraquíes, entre ellos al menos un niño, son acribillados en Fallujah: para los estadunidenses siempre es "defensa propia" pese a que, extrañamente, pocos de ellos, si es que alguno, han resultado heridos de consideración en esos incidentes.

Por supuesto, debe haber hombres armados que disparan a los estadunidenses, pero la evidencia sugiere que no hay tantos. Eso sí, también indica que muy pronto habrá muchos más. Basta observar cuán profundamente los chiítas iraquíes admiran al Hezbollah libanés para entender lo bien que comprenden el arte de la guerrilla de resistencia. Sea que reciban apoyo de Irán o que las cámaras de tortura de Saddanm les hayan servido de escuela, no aceptarán órdenes del ex general Jay Garner, de quien se sabe bien en Irak que viajó con todo pagado a Israel para expresar su admiración por la "prudencia" del ejército de ese país en los territorios palestinos ocupados. Y se dan perfecta cuenta de que las grandes corporaciones estadunidenses se preparan a sacar millones de dólares de su destrozada nación.

Sin esperar a ningún gobierno "interino" que tome tales decisiones, ya la Agencia para el Desarrollo Internacional ha invitado a las trasnacionales estadunidenses a participar en licitaciones para todo, desde reconstrucción de caminos hasta edición de nuevos libros de texto. Una compañía, Stevedoring Services of America, se embolsó ya el contrato de administración del puerto de Um Quasr, que asciende a 4.8 millones de dólares. En el curso de la semana se espera la visita de ejecutivos petroleros estadunidenses, muchos de ellos amigotes de George Bush y su gobierno, al Ministerio del Petróleo iraquí, uno de los únicos dos que los estadunidenses salvaron "de milagro" de los incendiarios.

No, el Irak de hoy no se asemeja a una democracia en ciernes, sino más bien a la tragedia que encontraron los británicos cuando terminó la ocupación alemana de Grecia en 1944. Hitler, como Saddam, se había asegurado de dejar multitud de armas abandonadas por allí, para alimentar la resistencia guerrillera contra los nuevos amos.

Churchill apoyó al gobierno nacionalista de George Papandreou -el Ahmed Chalabi de Grecia-, pero la guerrilla comunista Helas quería el poder. Había combatido a los nazis desde la invasión alemana de 1941 y, como hoy muchos musulmanes chiítas, temía ser excluida del poder por un nuevo régimen pro aliado. Así que la "liberación" de Atenas degeneró rápidamente en una encarnizada batalla entre las tropas británicas (léase estadunidenses en Irak) y los comunistas, que recibieron apoyo de la Unión Soviética durante años. En vez de la Rusia de entonces, léase el Irán de hoy.

Churchill declaró que estaba en favor de la libertad y que "la democracia no es una meretriz dispuesta a que cualquier hombre armado con una ametralladora la levante en la calle". Pero cuando los británicos impusieron la ley marcial (algo que los estadunidenses quizá tendrán que considerar), el premier británico, en lenguaje menos caritativo, escribió al comandante en Grecia un mensaje secreto: "No debe titubear en actuar como si estuviera en una ciudad conquistada".

En varias batallas hubo intentos por encontrar un mediador, no diferentes a las juntas desesperadas realizadas en Fallujah la semana pasada entre los iraquíes y los estadunidenses. En aquella época Churchill sólo logró restaurar el orden porque había obtenido en secreto el acuerdo de Stalin de que Grecia permanecería en la esfera occidental de Europa. Bulgaria, Hungría, Polonia y otras naciones de Europa occidental pagaron el precio.

Los paralelismos no son exactos, por supuesto, y una diferencia crucial de hoy es que la nación que podría dar a Washington la ayuda que los soviéticos prestaron a Londres es Irán, país que no sólo no es un aliado incómodo, sino parte del eje del mal de Bush, y teme ser el próximo en la lista de guerra de Estados Unidos.

He aquí, pues, una pequeña predicción. Bush dice que la guerra ha terminado, o algo por el estilo. La resistencia chiíta comienza a morder a los estadunidenses en Irak. Por supuesto, Rumsfeld habrá sido advertido de ella: se le caracterizará como las famosas "redes terroristas" que aún hay que combatir en Irak. Y a Irán, como sin duda también a Siria, se le acusará de apoyar a estos "terroristas". Los franceses hicieron algo así en su guerra de 1954-62 contra el Frente de Liberación Nacional en Argelia: culparon a Túnez y a Egipto. Así que aguardemos la parte dos de la guerra de Irak, transformada en la próxima etapa de la "guerra al terror".
PÚBLICO.ES/AGENCIAS - 24/03/2008 16:35
Para Cheney, los 4.000 soldados muertos en Irak es "una de esas cosas que pasan en nuestro mundo"
El vicepresidente de EEUU reconoció el impacto psicológico de la cifra. Después de desayunar con el primer ministro de Israel ha mostrado su convicción de la necesidad de un "Estado palestino"

El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, ha asegurado desde Jerusalén que lamenta "cualquier víctima" americana caída en Irak, después de que el último recuento de soldados estadounidenses muertos haya alcanzado los 4.000.

"Lamentamos cualquier víctima, cualquier pérdida. Esto puede tener un impacto psicológico sobre el público, pero se trata de una de esas tragedias que se pueden producir en nuestro mundo", ha declarado Cheney, que ha acabado una visita en Israel y en los territorios palestinos.

Una bomba colocada el domingo al paso de un convoy militar estadounidense en el sur de Bagdad ha costado la vida a cuatro soldados, que elevan la cifra de víctimas del conflicto a las 4.000 desde la invasión de Irak en 2003. En un comunicado divulgado el lunes, el Ejército añadió que, además, un soldado resultó herido en el ataque.

Este suceso se produce después de una jornada especialmente sangrienta en el país, tras las muertes de 12 personas, entre ellas niños y mujeres, como consecuencia del ataque de helicópteros estadounidenses contra un pueblo en la provincia de Diyala, al noreste de la capital.

El recrudecimiento de la violencia también quedó patente con otra explosión que hirió a tres policías iraquíes al paso de su patrulla por el centro de Bagdad.

Insiste en la cración de un Estado palestino

Mientras tanto, Cheney ha finalizado su visita a Israel y los territorios palestinos centrada en impulsar el proceso de paz y debatir sobre las amenazas regionales.

El "número dos" de la Casa Blanca ha desayunado con el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, en un segundo encuentro entre los dos dirigentes después de que Cheney se entrevistara el domingo por la tarde con las autoridades palestinas.

Mark Regev, portavoz de la oficina del primer ministro israelí, ha señalado que la visita de Cheney y sus encuentros con las autoridades israelíes han supuesto un "buen intercambio de pareceres" en los que "se han tratado diversos asuntos, incluidos los problemas en la franja de Gaza, el disparo de cohetes y asuntos regionales como la amenaza iraní".

En su visita a los territorios ocupados el vicepresidente de EEUU resaltó el compromiso de su país con la creación de un Estado palestino, un fin para cuya consecución ambas partes deberán hacer "dolorosas concesiones", indicó.

Cheney partirá hoy hacia Turquía, donde pondrá fin a una gira que le ha llevado también a Irak, Afganistán, Omán y Arabia Saudí.